Nació con hidrocefalia, y su situación empeora porque sus padres no tienen el recurso para darle una mejor atención médica. Karina Batista ha recibido daños irreversibles en su cerebro por el mal que padece, el cual le ha impedido el debido crecimiento.
Sin embargo, sus condiciones de vida pueden mejorar un poco, si logra ir al lugar adecuado.
Su residencia está en la comunidad de Renacimiento (Chiriquí), pero a sus padres les cuesta 8 balboas diarios poder llevarla a David, para que sea atendida en el Hospital Rafael Hernández.
Su padre Erasmo es un jornalero y apenas le alcanza para la comida diaria, razón por la que Karina espera tener la ayuda de alguna organización benéfica o del propio gobierno para mejorar su vida.
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