Los comerciantes y residentes del Casco Antiguo, en San Felipe, no pueden creer cómo hay gente que sigue estacionando sus vehículos arriba de la acera. Pese a que se crearon estacionamientos, los conductores prefieren no pagar y obstruir el libre tránsito. Pero eso no es todo, resulta que tampoco perdonan las líneas amarillas y los sitios prohibidos y toman de burla las boletas "chicles" que los policías les dejan pegadas en el vidrio del auto.
Tampoco están de acuerdo que dejen tomar licor a las personas en las plazas y parques con el pretexto de que están en los restaurantes. Piden a las autoridades que no dejen perder el esplendor del sitio histórico.
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