Dan la impresión de ser felices, a pesar de sus múltiples necesidades. (Foto: NAYELIS WILLIAMS / EPASA)
Nayeli Williams
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Qué triste situación. Son las 12:00 mediodía cuando la pequeña Reni Cases llega a su casa con la esperanza de que esta vez haya un pedazo de pan que pueda aliviar la sofocante hambre que siente por no comer durante dos días, pero al igual que otras veces, su madre Guillermina, con una gran impotencia, le responde que no hay nada.
Y es entonces cuando el corazón de esta pequeña se hace añicos y el dolor en el estómago se hace más y más fuerte. En medio del llanto logra dormirse y olvidarse de su situación.
El escenario de esta historia es El Valle de San Francisco, cerca de Kuna Nega. Todo esto sucede en una casa de tabla y zinc a punto de desplomarse y con huecos en todas partes, donde reside desde hace 14 años Guillermina González, de 42, con sus ocho hijos.
El único soporte económico era su esposo, quien está detenido por un delito que la misma esposa desconoce.
INHUMANO
En un cuarto improvisado descansan los angelitos, seis de ellos duermen apiñados en una cama ubicada sobre el piso húmedo. Mientras tanto, la hermana mayor duerme en una cama con prácticamente todo el spring afuera. Esta última es madre de dos hijos y espera el tercero. A pesar de que su pareja trabaja, lo que gana no les alcanza para nada, pues el salario es mínimo.
Hay días en los que el agua no llega, por lo que a veces no pueden bañarse, por lo que tienen que ir hasta un río cercano, cuyas aguas sucias les sirven como baño para estos niños.
SACRIFICIOS
"Nunca he pisado una escuela, por eso sueño con que mis hijos sean unos profesionales, ya que yo no pude serlo", manifestó Guillermina, quien con desconsuelo narraba cómo sus hijos van sin uniforme, sin desayuno y descalzos a la escuela. Sus pequeños piececitos están llenos de ampollas. Confiesa que los niños se han desmayado en medio de las clases a causa de la debilidad que provoca el no comer.
Al preguntarle sobre si recibía ayuda, Guillermina expresó que a veces algunos hermanos de la iglesia les dan alimento, pero la mayoría del tiempo no comen, con suerte algunas veces solo cenan.
PARA AYUDA
Si desea ayudar a esta familia, favor comunicarse al 232--5022, de la iglesia que les ayuda. DIAaDIA no solicita apoyo para esta familia en las calles o los buses.