
Deborah y Oris Vargas, dos hermanas que son muestra de que querer es poder.
Fotos: ROBERTO BARRIOS
Deborah y Oris Vargas, dos hermanas que son muestra de que querer es poder.
Fotos: ROBERTO BARRIOS
Deborah y Oris Vargas, dos hermanas que son muestra de que querer es poder.
Fotos: ROBERTO BARRIOS
Tienen de todos los productos para sus clientes.
Oris está feliz y orgullosa de lo que hace.
Está ubicado en la vía principal de San Antonio
Con una gran sonrisa Oris atiende a sus clientes.
Deborah y Oris Vargas, dos hermanas que son muestra de que querer es poder.
Fotos: ROBERTO BARRIOS
Tienen de todos los productos para sus clientes.
Oris está feliz y orgullosa de lo que hace.
Está ubicado en la vía principal de San Antonio
Con una gran sonrisa Oris atiende a sus clientes.
Deborah y Oris Vargas, dos hermanas que son muestra de que querer es poder.
Fotos: ROBERTO BARRIOS
Tienen de todos los productos para sus clientes.
Oris está feliz y orgullosa de lo que hace.
Está ubicado en la vía principal de San Antonio
Con una gran sonrisa Oris atiende a sus clientes.
Deborah y Oris Vargas, dos hermanas que son muestra de que querer es poder.
Fotos: ROBERTO BARRIOS
Tienen de todos los productos para sus clientes.
Oris está feliz y orgullosa de lo que hace.
Está ubicado en la vía principal de San Antonio
Con una gran sonrisa Oris atiende a sus clientes.
Deborah y Oris Vargas, dos hermanas que son muestra de que querer es poder.
Fotos: ROBERTO BARRIOS
Tienen de todos los productos para sus clientes.
Oris está feliz y orgullosa de lo que hace.
Está ubicado en la vía principal de San Antonio
Con una gran sonrisa Oris atiende a sus clientes.
Una sonrisa hace la diferencia. Cualquier estilista puede hacer un “blower”, pero no cualquiera puede hacer uno con cariño y pasión. En San Antonio, desde hace 17 años, existe más que un salón de belleza, una segunda casa para las damas, caballeros y niños que van en busca de un buen corte y una renovación de belleza.
Este lugar se llama peluquería Deian, pues con una amable sonrisa y un carisma impresionante, las hermanas Oris y Deborah Vargas, junto con la manicurista Lily, atienden a su clientela en este acogedor salón de belleza.
“Nuestro éxito ha venido de generación en generación, pues nuestros clientes los hemos visto crecer desde pequeños y muchos que ahora son adultos nos recomiendan, pues para nosotras el producto que más vendemos es nuestra atención”.
Las hermanas Vargas atienden a su clientela desde las 9:00 a.m., hasta las 7:00 p.m. de lunes a sábados, pues como dicen, los mismos clientes le solicitaron descansar un día a la semana.
Con mucho esfuerzo ahorraron y abrieron la peluquería, ya que desde que eran niñas les gustaba cortar, peinar, pintar uñas y entre ellas jugaban a la estilista, así que se perfeccionaron y juntas iniciaron el negocio de sus vidas.
En la peluquería Deian, se encuentran todos los implementos necesarios para un buen “manicure” y “pedicure”, tratamientos y productos de calidad, y un trato de reinas. Satisfechas de lo que han logrado a través de los años, Oris y Deborah le dan gracias a Dios porque en ella sus ideales siguen siendo los mismos, responsabilidad, optimismo, alegría, mucho respeto y sobre todo servirles de consejera y muchas veces de amigas a sus clientes.
“Estamos conscientes de que si el cliente se siente bien atendido y querido, volverá”.