Hola Moza, me alegra escribirte, porque quiero desahogarme y así poder borrar de mi mente el mal recuerdo que me ha dejado mi pareja.

Estoy triste, porque mi pareja y yo nos casamos hace un año por la iglesia y ya terminamos, o mejor dicho, él me dejó.

La cosa sucedió de esta manera: cuando nos casamos, fue que empezó a sembrar la duda en mí. El día de nuestra boda, llegó tarde casi 40 minutos. Ese día, me pidió perdón, claro está que después que muchos se rieron de mí. No dije nada, y como era un día importante, lo olvidé. Después de ese día, siempre buscaba una excusa para llegar a casa tarde, un día llegó con maquillaje en el cuello y me dijo que eran sus compañeras de trabajo molestando, como las conozco, tampoco me enojé.

Son muchas cosas las que te puedo enumerar, pero yo creía en él, hasta que ahora me lo dijo mi mejor amiga, y cuando fui al lugar donde estaban juntos, me gritó en la cara que me fuera, que él no quería nada conmigo. ¡Dios, eso me mató!

Moza, a ese hombre le entregué todo y me duele en el alma que no me haya dicho la verdad, no entiendo por qué se casó conmigo, si lo único que ha logrado ahora es que lo odie con todas mis fuerzas.

Lo único que le doy gracias a Dios es que no estoy embarazada, como creía, porque eso sí me hubiera destrozado por completo. Dame un consejo, porque creo que no volveré a creer en nadie. Chao, Marta.

ÉL ES QUIEN PERDIO

Hola Marta, me alegra que me escribas, porque noto que aún estás muy alterada.

Yo te aconsejo que no le sientas rencor a ese tipo y que pienses que Dios tiene algo mejor para ti.

Piensa que él era un mentiroso e irrespetuoso, que tal vez con esa chica sí hace buena pareja y no te merecía, pues eres demasiado para él.

Yo estoy segura de que en estos momentos sufrirás demasiado, pero en menos de tres meses lo habrás olvidado y vivirás feliz.

Oye, empieza a meter los papeles del divorcio y no cierres las puertas al amor, porque no es justo para ti.

Ahora, si ese hombre te vuelve a buscar, que sea para que te firme los papeles del divorcio y nada más. ¡Suerte!