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Costosos 25 centésimos
Como sardina en lata. Un millón 500 mil usuarios pierden horas de vida con un mal sistema. Son miles los que madrugan cada día y llegan tarde a casa. (Foto: Alejandro Méndez / EPASA)

Yelena Rodríguez | DIAaDIA

Cada día se agrava más la situación. Hay más autos en las vías, más congestionamiento vehicular y el servicio de transporte no mejora.

Los usuarios del transporte tienen que madrugar y viajar de 3 a 4 horas todos los días para llegar a tiempo a sus puestos de trabajo y regresar en la noche a sus residencias.

No son 25 centésimos los que se pagan por usar un autobús. Al contrario, el precio que se paga por la improductividad que genera un mal sistema ya supera varios millones de dólares en pérdidas.

Arriba, sentado o de pie, en un "diablo rojo" no sólo se pierde el sueño.

Con un mal sistema de transporte remunerado de personas, la vida se pierde en tranques y se provocan serios daños a la salud de los usuarios.

Las cuatro horas que se pierden en el transporte público para ir al trabajo y regresar a casa se traducen en un tiempo valioso que se puede usar, tanto para producir más en las empresas públicas o privadas, así como para disfrutar del hogar o invertir en educación o entretenimiento.

Si multiplicamos las horas que perdemos cada día, por ejemplo, las horas que no aprovecha un usuario a lo largo de 72 años, se traducen en 10 años de vida que se han escapado a bordo de un "diablo rojo".

Por si fuera poco, no sólo se trata de vida, porque son más de 500 millones de dólares las pérdidas que genera el transporte por la improductividad que produce.

Con esta cifra coinciden tanto la Autoridad del Tránsito y Transporte Terrestre y la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresa (APEDE), mediante estudios que han realizado.

Tan sólo una tardanza genera pérdidas a una empresa, porque el empleado que llega tarde al trabajo, por la falta de concentración y el estrés, pierde la primera hora de su tiempo en tratar de organizarse.

Los conductores también sufren. Muchos ya presentan afectaciones físicas que se traducen en enfermedades generadas con el transporte.

Los transportistas y taxistas pasan mucho tiempo en la calle y cuentan con poco tiempo para descansar; no comen a tiempo y son seriamente afectados por el estrés; algunas veces generado por la contaminación visual y el ruido en las avenidas.

El estrés y el cansancio que produce el transporte público es una de las principales causas de accidentes en todo el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El estrés actúa como detonante de accidentes de tránsito, que en el último año han cobrado en Panamá la vida de más de 25 usuarios del transporte público.

Según los reportes de la Policía del Tránsito, en el 2007 fallecieron 30 usuarios en accidentes en los que se vio involucrado el transporte público.

En lo que va del 2008 se han sumado 25 víctimas; han fallecido 13 envueltos en colisiones, 10 por atropello y 2 por caída desde un autobús en marcha.

La mayoría de estos accidentes han ocurrido en los distritos de Panamá, Antón (Coclé) y Colón.

Para el economista Jorge García, de la Comisión de Transporte de la Cámara de Comercio e Industrias y Agricultura de Panamá, es elevado el costo económico y social que paga la población que utiliza el servicio de buses en la ciudad, a pesar de que el costo del pasaje es muy bajo.

Y es que "el desgaste físico y emocional, así como el irrecuperable tiempo para compartir y atender a su familia, no tiene valor para los padres y madres que laboran y se transportan en los diablos rojos", explicó García.

ENCADENADOS AL VOLANTE

Un conductor labora aproximadamente 20 horas cada día. Así lo comprobamos durante un día de trabajo en el que DíaaDía realizó un recorrido a bordo de un bus de la ruta Felipillo -Vía España- Calle 12 y retorno.

Este chofer, un hombre de 45 años y con 25 de experiencia en este oficio, reside en Pasoblanco (Pacora) y se levanta a las tres de la mañana para recoger el bus y esperar el sorteo de los turnos en la "piquera".

El señor Alexis Batista recorre la ciudad desde las seis de la mañana hasta las 11 de la noche y realiza de cuatro a cinco recorridos cada día.

El espacio que tiene para desayunar depende de a qué hora termine la primera vuelta, y que ese día culminó a las 10: 27 de la mañana.

Asimismo se define el horario para almorzar y cenar.

Y si usted se pregunta ¿cuándo descansa? ese día no hubo espacio entre cada vuelta, porque se aprovechó para hacer una quinta, ya que había que completar la cuenta.

Batista es "palanca" del bus del que es dueño su hermano, y en cada vuelta se gastaban 60 dólares en combustible y sólo quedaban entre ocho y 16 dólares como "ganancia".

Esta "ganancia" hay que repartirla entre tres: el dueño, el bus y el conductor. Claro, antes debió pagarse el combustible y lavado del bus.





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