Hacer una fila en la Policlínica Alejandro de la Guardia, hijo, para meter una receta es como para que cualquiera salga con dolor de cabeza o más enfermo de lo que llegó.
Tome el tiempo, una hora debe esperar para que la única funcionaria en la ventanilla le reciba su receta, y cuidado y no hay, tal como le sucedió ayer a una asegurada. Para evitar estos inconvenientes, los asegurados sugieren que pongan un letrero visible con los medicamentos que no hay.
Los jubilados pasan trabajo, en la única ventanilla se demoran y, para rematar, hay una sola ventanilla para retirar las medicinas y allí atienden a jubilados y no jubilados. Aquí no hay privilegio para nadie. ¡Tres ventanillas para cientos de asegurados, es hora que cambien el método porque no está dando resultados!