La presencia de los legendarios entrenadores Phil Jackson y Larry Brown, en el banquillo de sus respectivos equipos de Los Angeles Lakers y los Knicks de Nueva York, no tuvo ninguna influencia en el resultado final del partido, porque el único que lo decidió fue el escolta Kobe Bryant.
La estrella de los Lakers, después de dos partidos sin brillar en el ataque, quiso recuperar su protagonismo y con 42 puntos guió a los Lakers a la victoria de 97-92 frente a los Knicks, que rompieron una racha de dos triunfos consecutivos.
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