Entre maderas, clavos y barniz, pasa Rubén Moreno sus horas de trabajo, poniéndole empeño a lo que hace.

El taller de ebanistería del Instituto de Habilitación Especial (IPHE), en Betania, es su puesto de trabajo, donde se destaca como auxiliar de ebanistería.

Sus 24 años de experiencia en el taller que tiene 34 años de existencia, lo hacen un experto y conocedor en la materia.

Sus manos son las creadoras de muebles, murales, tableros de madera, piezas que son las que más le gusta confeccionar dentro de la gama que fabrican en el taller.

Rubén tiene una discapacidad física, pero eso no le ha impedido desenvolverse entre sus compañeros.

Aconseja a aquellas personas que tienen un tipo de discapacidad, que no se acomplejen y salgan adelante, que eso no es ningún impedimento.

PREPARACION

Rubén estudió hasta tercer año en el Instituto Rubiano; luego ingresó al Artes y Oficio, donde se graduó de ebanistería.

Como en su trabajo la mayoría de sus compañeros son sordos, ha tenido que aprender el lenguaje de sordos; no es para menos, desde que tiene 17 años comparte con algunos de sus compañeros.

Reconoce que todos son unidos y se ayudan los unos a los otros para sacar los trabajos con rapidez, de forma que no se ponga en duda la calidad del arte.

FAMILIA

Aunque aún es soltero, sabe que pronto tendrá su familia, que es el proyecto a corto plazo de su vida.