En un verdadero cuadrilátero de boxeo se convirtió la avenida principal frente al Hospital América, la mañana de ayer. En medio de la confusión de los pacientes que cruzaban la avenida en busca de atención médica, en ambas instituciones, dos conductores se insultaban como si estuvieran en una cantina. Pese a que esta escena se repite siempre, lo curioso es que, igualmente, niños y ancianos que estaban en la parada escucharon el rosario vulgar de estos conductores.
Los expertos aseguran que la sociedad panameña se está saliendo de control, y que ya no le importa lo que piensen y se deja llevar por sus impulsos.
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