La corregiduría de Tozá, en Natá, Aguadulce, está en total abandono, pese a que sus funcionarios siguen laborando ahí.
Su estado es deplorable, ya que las puertas delanteras están con los marcos dañados, lo que permite ver hacia adentro con facilidad, aunque estén cerradas.
El baño que utiliza el corregidor está sin puerta, y aun así, algunas personas se ven obligadas a utilizarlo en esas condiciones.
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