"Le sonrí­o a la vida y le doy gracias al Señor, porque aún estoy con vida después que me despidieron de la Sección de Aseo y Ornato del Hospital de Soná en 1990".

José Benjamí­n Ruiz, residente en la Calle El Guardia en el distrito de Soná, se caracteriza por ser una persona responsable, honesta y trabajadora desde aquella crisis en agosto de 1990 que pasó él y sus familiares por la destitución sin piedad de la que fue objeto.

Emprendió las ideas de hacer algo que le rindiera frutos para salir adelante, inició la venta de refrescos en las calles de Soná, con dos libras de maí­z, para el chicheme, una libra de azúcar y un solo tanque.

Este honrado caballero dijo que tiene clientes en Santiago y Soná, quienes esperan que llegue con las empanadas, chicha y chicheme para comprarle y muchos guardan para la semana y le hacen los pedidos con tiempo.

EJEMPLO

"No cometí­ el error de echarme a morir, porque me votaron" pues ahora soy mi propio jefe y me gano la vida vendiendo los refrescos que soy perseguidos por la clientela.

Comentó que diariamente se gana entre 15 a 20 balboas cuando la venta es buena algunos considerados como malos solo para los gastos en 8 a 10 dólares. Ha logrado comprar una motocicleta para transportar la mercancí­a desde Soná a cualquier lugar, pero su meta es comprarse un carrito para viajar más cómodo.

Destacó que a pesar de todo las dificultades de la vida o tropiezos que ha tenido tiene ahora su pequeña cuenta de ahorro y aún mantiene a siete miembros de su familia incluyendo una nieta con lo que se gana de las ventas de empanadas, chicha y chicheme.

José Benjamí­n Ruiz, reconoció que pese a los largos años que laboró en el Departamento de Aseo del hospital Ezequiel Abadí­a de Soná, donde ganaba menos de 300 balboas, ahora con la actividad comercial que realiza le ha hecho mejoras a la casa, no le falta la comida a su familia y hasta tiene aspiraciones de comprar el próximo año un auto nuevo para dejar la motocicleta para recorridos cortos en los puntos de venta de refrescos.