Los pilares de una estructura deben ser construidos lo suficientemente fuertes como para sostenerla. Si los pilares se quiebran, se cae lo demás. La Policía Nacional es uno de los pilares en los que se basa la paz y la tranquilidad de toda una nación. Debilitarla es jugar con la seguridad ciudadana, con la paz social y con la esencia misma de la convivencia humana. Por eso, cierto o no, es atemorizante el hecho de que haya amotinamientos internos aupados por mandos medios en la institución, que no están conformes con que se les apriete el cinturón en lo que a finanzas se refiere. A eso hay que ponerle un alto cuanto antes, sin esperar a que la sangre de inocentes llegue al río.