Nada que festejar
El jugador de la selección peruana de fútbol, Nolberto Solano, lucha por el balón con Ronaldinho.

Lima | EFE

Se quedaron con las ganas. Perú alcanzó ayer un meritorio empate de 1-1 con Brasil en un intenso partido disputado en el Estadio Monumental de Lima que le permitió recuperar sus esperanzas en las eliminatorias para el Mundial de Sudáfrica 2010 y tomar nuevo aire al entrenador José Chemo del Solar.

Más allá del punto obtenido, que pone a los peruanos con sólo dos unidades en la clasificación, el empate ha significado una inyección anímica poderosa para los locales, al demostrarse que pueden dar mucho más de lo mostrado hasta el momento en las eliminatorias.

Para los brasileños, su permanencia en el tercer puesto de la clasificación, con cinco puntos, los mismos de Colombia, y a cuatro de líder, Argentina.

Los incas salieron a encarar a Brasil desde el primer minuto de juego, con un despliegue solidario, gran voluntad de conjunto y la convicción de que en Lima era imprescindible, cuando menos, no perder.

Por eso, en la primera mitad se pudo ver un derroche de esfuerzo de los peruanos que, conscientes de la superioridad técnica y los pergaminos de sus rivales, se prodigaron para cortar los circuitos creativos entre Robinho y Kaká y el recuperado Ronaldinho Gaucho.

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