Después del partido del miércoles me queda claro que la derrota que sufrió la Selección Nacional de Fútbol ante los cubanos, fue solo eso: un accidente.

Saltándonos ese juego que perdimos, los chicos de la Roja han levantado su nivel con el pasar de los compromisos, incluso en el choque contra los hondureños, los nacionales mostraron un muy alto nivel de juego y despacharon "casi" sin apuros a un difícil rival, catalogados por la FIFA, como el mejor equipo nacional de la región.

Nuestra selección, en este partido ante los "catrachos", mostró una muy buena dinámica, lo que nos da a entender que los seleccionados nacionales cada vez se están acoplando mejor con la ideología futbolística del técnico.

No me queda duda que para el próximo mes de enero, cuando recibamos la visita de las selecciones del área a disputar la Copa de Naciones Centroamericanas, Panamá estará en la final de dicho torneo, ya que con este onceno, que brindó un recital futbolístico el miércoles, -sumando a Felipe Baloy, Blas Pérez, Amílcar Henríquez y Nelson Barahona-, este equipo será temido para los rivales.

Vamos en buen camino, apenas esto empiece y el relevo generacional en base al cual se está trabajando, está dando resultado; en cada convocatoria, se están viendo nuevos nombres, que con el paso de los partidos se van reafirmando en el onceno nacional. Tal es el caso de Aramis Haywood, quien antes del encuentro frente a Cuba, era un desconocido y hoy en día ya todos lo conocen por la buena actuación que tuvo en su segundo compromiso con la camiseta nacional, cuando además de un buen partido, anotó el segundo gol en la victoria frente a la selección de Honduras, la mejor ranqueada del área.

Creo en el proceso de Julio Dely Valdés, sus experiencias en el continente europeo le darán una nueva cara al fútbol nacional; vienen buenas cosas para el balompié panameño, ya lo verán.