¡Cuánto cambia la vida! Hace unos años, a los panameños no se les podía hablar de fútbol. A nadie le interesaba. En cambio, el béisbol era la pasión de la mayoría. Se jugara en Panamá, en el interior o en las grandes ligas de Estados Unidos, todos los canales de televisión y las principales emisoras transmitían los juegos. Ahora, en un giro de 180 grados, es el fútbol el que paraliza la vida de los panameños que, sentados frente a la pantalla o en el estadio, siguen de cerca a sus equipos, como pasó ayer con el clásico del Real Madrid y el Barcelona. Sin duda, los tiempos cambian y los gustos por los deportes también.
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