HISTORIAS
Lecciones

Redacción | DIAaDIA

Durante mi segundo semestre en la escuela de enfermería, nuestro profesor nos dio un examen sorpresa. Yo era un estudiante consciente y leí, rápidamente, todas las preguntas hasta que miré la última:

"¿Cuál es el nombre de la mujer que limpia la escuela?" Seguramente, esto era algún tipo de broma. Yo había visto muchas veces a la mujer que limpiaba la escuela. Ella era alta, cabello oscuro, como de cincuenta años; pero, ¿cómo iba yo a saber su nombre? Entregué mi examen, dejando la última pregunta en blanco.

Antes de que terminara la clase, alguien le preguntó al profesor si la última pregunta contaría para la nota del examen. "Absolutamente", dijo el profesor.

"En sus carreras ustedes conocerán muchas personas. Todas son importantes. Ellos merecen su atención y cuidado, aunque sólo les sonrían y digan: ¡Hola!".

Nunca olvidé esa lección. También aprendí que su nombre era Dorothy. Pero las lecciones de la vida no terminaron allí.

Un día vi a un niño de 10 años que entró en un establecimiento y se sentó en una mesa. La mesera puso un vaso con agua al frente de él. "¿Cuánto cuesta un helado de chocolate con almendras?", preguntó. "Cincuenta centavos", respondió la mesera. El niño sacó su mano de su bolsillo y contó las monedas.

"¿Cuánto cuesta un helado solo?", volvió a preguntar. "Treinta y cinco centavos", dijo ella bruscamente. El niño volvió a contarlas. "Quiero el helado", dijo. La mesera le trajo el helado, puso la cuenta en la mesa y se fue. El niño terminó el helado, pagó en la caja y se fue. Cuando la mesera volvió, junto al plato vacío, había veinticinco centavos... su propina.

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