Una mujer estaba sentada en un sofá, tomando té helado con su Madre. Mientras hablaban, la madre hizo sonar los cubos de hielo en su vaso, fuertemente, y luego miró fijamente a su hija.
'Nunca te olvides de tus hermanas', le advirtió, dando vueltas a las hojas de té en el fondo de su vaso.
'Ellas se volverán cada vez más importantes con el paso del tiempo. No importa cuánto ames a tu esposo, no importa cuánto ames a los hijos que tengas, vas a necesitarlas.
Cuando hablo de tus hermanas me refiero a TODAS las mujeres ... tus amigas, tus hijas, y todas las otras mujeres que estén ligadas a ti.. Las vas a necesitar...
Ella escuchó a su madre. Mantuvo contacto con sus hermanas y cada vez tuvo más amigas con el paso de los años. Conforme fueron pasando, ella fue entendiendo a lo que su madre se refería, y aprendió que:
El tiempo pasa.
La vida ocurre.
Las distancias separan.
Los hijos crecen.
Los trabajos van y vienen.
La pasión disminuye.
Los hombres no siempre hacen lo que se supone que deberían hacer.
El corazón se rompe.
Los padres mueren.
Los colegas olvidan los favores recibidos.
Las carreras o profesiones llegan a su fin.
PERO... Tus hermanas siempre están ahí. Cuando tienes que caminar por un valle solitario y tengas que hacerlo por ti misma, las mujeres de tu vida estarán alrededor del valle, alentándote, orando por ti, empujándote y esperándote con los brazos abiertos al final del camino. Algunas veces, incluso romperán las reglas y caminarán a tu lado... O vendrán y te llevaran cargada.