Las calles de Santiago se han convertido en un "depósito de enfermos mentales".
Los enfermos mentales, en su conjunto, no son más violentos que el resto de los ciudadanos. Sin embargo, los orates se han convertido en el terror de las calles en la ciudad de Santiago, pues han golpeado a sacerdotes, educadoras, ancianas, niños y a funcionarios públicos, lo que según Osvaldo Sousa, ya representa un peligro para esta comunidad.
El problema es que es difícil establecer un nexo causal uniforme, entre enfermedad mental y actos violentos. En unos casos, éstos son consecuencia de la enfermedad; en otros, de la reacción del individuo ante el rechazo social, la estigmatización y la discriminación que se ven sometidos.
Sobre el tema, el alcalde Rubén Patiño afirmó que personas inescrupulosas están trayendo de otras provincias a los enfermos, y luego los dejan abandonados en esta ciudad, convirtiéndola en depósito de pacientes con ciertos desequilibrios mentales, que necesitan el apoyo de los familiares y de las autoridades de Salud.
La doctora Romelia De La Guardia, actual responsable de la Dirección de Salud, se limitó a explicar lo que se va a hacer con las personas que padecen de los desequilibrios mentales en esta región.
Aun con la poca colaboración de las autoridades del MINSA en Veraguas, se pudo conocer que actualmente el Hospital Regional Dr. Luis "Chicho" Fábrega, cuenta con varias salas que están desocupadas y que bien se pueden acondicionar para darle una atención adecuada a estos seres humanos.
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