Con la pobreza al hombro. Una casa de hojas de zinc oxidadas, con agujeros que cuelan la luz del día en su interior, se ha convertido en el albergue de la familia Miranda.
Cecilia Miranda, de 39 años, es madre y padre de cuatro de sus seis hijos, que inundados de necesidades pasan la vida en medio del peligro.
No es para menos, su casita está al lado de un barranco húmedo en el Valle de San Isidro, que amenaza con desprenderse, sumado a la dificultad que hay para llegar hacia ella: la vereda es de tierra y da al vacío.
Pero aunque sabe de sus limitaciones, aseguró que "el Señor me ha dado la luz para poder salir adelante, con lo poco que tengo".
Raúl, de 15 años; Raúl Eduardo, de 13 años; Alfonso, de 8 años, y el pequeño Emanuel, de 1 año y 9 meses, la acompañan en la lucha por liberarse de las necesidades.
"Hoy se fueron a la escuela sin merienda", dijo con evidentes signos de tristeza, pero el apoyo de los infantes es tanto que con la leche y la galleta que dan en la escuela se conforman.
Con el fondo del coro de una canción cristiana, "con alegría", cuenta que por ahora limpia el templo al que asiste y la ayudan con B/.30.00 quincenales, suma que no cubre sus necesidades.
La fe mueve montañas y está presente en la morada y el corazón de esta humilde familia.
PELIGRO
Ella y sus hijos son asmáticos, la humedad de estos días los mantiene enfermos, no tiene Seguro Social y las medicinas escasean.
|