Dolor de madre


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Máxima dijo que sus hijos, minutos antes de la tragedia le dijeron a los delinceuntes que no querían problemas.

Foto: ROBERTO BARRIOS

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    Máxima dijo que sus hijos, minutos antes de la tragedia le dijeron a los delinceuntes que no querían problemas.

    Foto: ROBERTO BARRIOS

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    Alexander trabajaba de albañil.

  • Dolor de madre

    Fue en esta vereda donde asesinaron a Alexander.

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    Máxima dijo que sus hijos, minutos antes de la tragedia le dijeron a los delinceuntes que no querían problemas.

    Foto: ROBERTO BARRIOS

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    Alexander trabajaba de albañil.

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    Fue en esta vereda donde asesinaron a Alexander.

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    Máxima dijo que sus hijos, minutos antes de la tragedia le dijeron a los delinceuntes que no querían problemas.

    Foto: ROBERTO BARRIOS

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    Alexander trabajaba de albañil.

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    Fue en esta vereda donde asesinaron a Alexander.

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    Máxima dijo que sus hijos, minutos antes de la tragedia le dijeron a los delinceuntes que no querían problemas.

    Foto: ROBERTO BARRIOS

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    Alexander trabajaba de albañil.

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    Fue en esta vereda donde asesinaron a Alexander.

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    Máxima dijo que sus hijos, minutos antes de la tragedia le dijeron a los delinceuntes que no querían problemas.

    Foto: ROBERTO BARRIOS

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    Alexander trabajaba de albañil.

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    Fue en esta vereda donde asesinaron a Alexander.

Carolina Sánchez P. - DIAaDIA

Todo ocurrió frente a su casa. Máxima Sánchez, disfrutaba de la compañía de sus hijos el domingo en la tarde, cuando el sonido de un patrulla alteró la paz de su humilde vivienda.

Su hijo Johovany Delgado, de 24 años, corrió hacia la calle y posteriormente regresó huyendo de tres delincuentes quienes le dispararon, él se mantiene delicado en el hospital.

Tras ver lo ocurrido, salió su hermano Alexander Gómez Delgado, de 29 años, quien no corrió con la misma suerte, pues fue recibido con balas, cayendo muerto en la vereda. Por si fuera poco, sus agresores lo patearon rodando por una ladera. Este crimen se registró en Calle Colón Alcalde Díaz, a plena luz del día.

Ante este horrible panorama, Máxima les pedía a sus hijos “Entren a la casa”, pero su súplica no fue escuchada. Ahora ella se lamenta, pues se repite una y otra vez que si no hubieran salido, estarían vivos.

Durante el incidente, los tres delincuentes entraron a la vivienda tumbaron la puerta, tiraron todo adentro, le pegaron a una menor de edad y le colocaron a Máxima el arma en el pecho. “En ese momento solo dije: la sangre de Cristo y me dejaron”, dijo la mujer. Una vecina al escuchar el relato de la triste madre expresó que las que más sufren los actos de los hijos son las madres.

 
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