
Davis pasa sus días postrado en una cama.Fotos: CORTESÍA
Davis pasa sus días postrado en una cama.Fotos: CORTESÍA
Davis pasa sus días postrado en una cama.Fotos: CORTESÍA
Sus padres luchan por su bienestar.
Hasta el mosquitero está en malas condiciones.
Davis pasa sus días postrado en una cama.Fotos: CORTESÍA
Sus padres luchan por su bienestar.
Hasta el mosquitero está en malas condiciones.
Davis pasa sus días postrado en una cama.Fotos: CORTESÍA
Sus padres luchan por su bienestar.
Hasta el mosquitero está en malas condiciones.
Davis pasa sus días postrado en una cama.Fotos: CORTESÍA
Sus padres luchan por su bienestar.
Hasta el mosquitero está en malas condiciones.
Davis pasa sus días postrado en una cama.Fotos: CORTESÍA
Sus padres luchan por su bienestar.
Hasta el mosquitero está en malas condiciones.
La escena se desarrolla en Bugaba, provincia de Chiriquí. Un camino de tierra lleva hasta la casita donde residen en total ocho personas (cuatro menores de edad), quienes en los próximos meses deben buscar otro rumbo debido a que el terreno, que le pertenece a la abuela, está hipotecado y lo perdieron.
El señor Deiby, padre del niño, realiza trabajos eventuales, pero el dinero que gana no es suficiente para cubrir las necesidades de Davis y del resto de la familia.Y es que, el niño no tiene seguro médico y a veces no hay dinero para comprarle sus medicamentos ni la leche, menos tienen para comprarle una silla de ruedas que le permitirá desplazarse mejor y no estar en la incómoda camita donde ve pasar sus días.
A pesar de todo, la señora Dioselina, madre del pequeño, no pierde la fe y a diario le pide a Dios para que la situación en el hogar mejore y la salud de Davis mejore.