La maestra Blanquita
Blanca Jaramillo.

Marlen Dayré Pérez | DIAaDIA

No escuchar, no es impedimento para que Blanca Jaramillo se desempeñe como maestra de niños sordos. Desde hace más de trece años, Blanquita ejerce esta bella profesión, la cual comenta lleva en la sangre, pues siempre sintió ese interés de ayudar a aquellas personas que como ella, tienen ese impedimento físico y, sobre todo, las ganas de echar para adelante.

Como maestra de Informática, comenta Blanquita, tiene bajo su cargo a más de 40 niños, todos como si fueran sus hijos, y aunque no se ha casado no pierde las esperanzas de tener a un buen hombre a su lado e hijos para poder criar y dar amor, tanto como el que le brinda a sus alumnos.

Además de hablantina, Blanca es muy cooperadora, ya que no pierde la oportunidad de acompañar a sus compañeras en cualquier actividad de la escuela de Sordos del IPHE, tanto así que fue la anfitriona del "stand" de la provincia de Chiriquí, donde no paró de ofrecerle a todos sus ricas delicias chiricanas, como queso blanco, jalea de guayaba, dulces y demás.

También aprovechó este medio para explicar que enseñar a sus alumnos no es cosa difícil, y hasta se atreve a asegurar que es hasta más fácil que instruir a un niño normal, pues estos niños tienen mucho más cuidado en hacer sus labores y en prestar atención a sus superiores; por eso, con gran orgullo llega todos los días y brinda lo mejor de sí para que sus niños se sientan muy especiales.

ESPERA

Mientras espera que llegue su príncipe azul, todo su amor se lo brinda a sus alumnos.

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