Al momento de comprar un perico, lo mejor es adquirir uno joven y fijarse en algunas características de su aspecto con el fin de asegurarse de que se encuentra en buenas condiciones de salud. Uno sano debe tener, en primer lugar, el plumaje liso y sin claros. Además, aunque sea joven, debe ser capaz de realizar vuelos cortos.
Cuando un periquito se deja sacar de su jaula con facilidad o tiene el plumaje ahuecado, es que se encuentra enfermo. Asimismo conviene observar que el plumaje que se encuentra alrededor del ano no esté sucio, así como sus excrementos, que deben ser compactos.
En lo que al pico se refiere, se debe observar que éste no tenga grietas y que los orificios se encuentren limpios, de manera que no emita ruidos ásperos al respirar. Por último, conviene comprobar que las patas y garras estén limpias.
Una vez que se haya adquirido un determinado ejemplar, conviene dejar a éste descansar durante las dos semanas posteriores a su llegada a la casa.