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Un Ballet sin igual
Profesora Elisa de Céspedes (FOTÓGRAFO: ROBERTO BARRIOS / EPASA)

Dayana Rivas | DIAaDIA

Mucho más que paseo, vuelta y seguidilla. La profesora Elisa de Céspedes, indiscutiblemente, es un ícono en lo referente a la danza folclórica. La noche del sábado se celebró los 40 años de su Ballet, con el que ha llevado a los bailes panameños a su máxima expresión.

DURANTE EL EVENTO

Esa noche el Teatro Nacional quedó invadido de ritmos autóctonos. De Chiriquí a Darién y del Atlántico al Pacífico. El Ballet Folclórico de la profesora Elisa de Céspedes hizo despliegue una muestra coreográfica tan nutrida que no hubo pueblo que se quedara por fuera.

Cada presentación superaba a la siguiente. No queda duda que un ballet no es lo mismo que conjunto, sin quitarle méritos al último.

Durante la exposición se pudo apreciar delicados pasos estilizados al son de los tambores, acordeón, caja, violín, guitarra, bajo; todos ellos acompañados de la voz de la cantalante.

TRAYECTORIA

A cuarenta años del inicio de este ambicioso proyecto, la profesora Elisa, descansando en una silla en medio de todo el "corre corre" previo a la presentación, le comentó a DIAaDIA que lo más importante para ella es poder transmitir ese conocimiento a las futuras generaciones, para que se puede seguir cultivando el folclor.

La profesora mencionó que fue un legado que recibió de sus padres. Fueron ellos quienes le enseñaron a amor lo panameño.

Céspedes, coreógrafa y bailarina, explicó que fue el 17 de octubre de 1969 cuando inició el Ballet, en ese tiempo tenía 60 estudiantes. Hoy son más de 100 bailarines.

Es una defensora del folclor capitalino, ya que afirmó que como ella, el folclor nació en la capital. Aunque cuando se habla de este tema hay que incluir a todo Panamá.

METAMORFOSIS

Antes, durante, y después de armar esta agrupación, ella hizo rigurozos estudios sobre las danzas étnicas del país. Esto le brindó las herramientas necesarias para pulir cada paso, vuelta, quiebre; hasta convertirse en lo que son hoy, el único ballet folclórico del itsmo, quienes han llevado a Panamá, casi, por todo el mundo.

"El folclor tiene que evolucionar... si nos arraigamos a lo que es tradición nos quedaremos en paseo, vuelta y seguidilla, nuestro baile es tan bonito que merece su coreografía", afirmó la profesora.

LA TERCERA GENERACION

Stephanie Alemán Céspedes, nieta de la profesora, no podía perder el legado. "Practicamente, desde que estuve en el vientre de mi madre bailo típico. Empecé a amarlo por mi abuela, ya que desde pequeña me sentaba a ver sus videos, su ballet y yo quería estar ahí", dijo Stephanie.

Gracias a esta chica de 23 años fue que se creó la academia infantil. Ella contó que aunque siempre trató de imitar las coreografías que veía, no podía ser parte del Ballet porque era muy pequeña. Su madre, Marilú, tuvo la idea de crear dicha academia, que hoy tiene 15 años de enseñar a otros niños.

La representante de la tercera generación se siente muy emocionada por haber recibido esta herencia. Y con ella la responsabilidad de cultivar lo folclórico, llevándolo a más generaciones.

Durante la gala, la nieta demostró que las Céspedes son excelentes bailarinas. Ella, en honor a su abuela, bailó "El punto", con movimientos tan delicados con los de una pluma llevada por el viento.

LA VELADA

Hubo para todos los gustos. Al final se recordó las gustadas noches de carnaval, con una muestra de hermosos disfraces.

¡Felicidades Profesora!





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