Noches en vela y preocupación vivía Alberto Marín, de 34 años, residente de La Chorrera, por no contar con un transporte seguro hacia su casa. Esto lo impulsó a convertirse desde temprana edad (18 años) en uno de los miles de conductores que, día tras día, se dedican a trasladar personas del área Oeste de la ciudad a hacia la capital, y viceversa, como "piratas". "Yo he vivido lo que estas personas viven y ahora quiero ayudar a los demás a tener un mejor servicio", expresó.
Otra de las razones por las que lo hacen son las ganancias que les genera, las cuales le han ayudado a sacar a sus familias adelante.