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HISTORIAS
El tenedor

Redacción | DIAaDIA

Había una mujer que había sido diagnosticada con una enfermedad incurable y a la que le habían dado sólo tres meses de vida. Así que empezó a poner sus cosas "en orden". Contactó a su sacerdote y lo citó en su casa para organizar su funeral y solicitó ser enterrada con su Biblia favorita. No conforme con todas esas exigencias dijo: "quiero ser enterrada con un tenedor en mi mano derecha".

El sacerdote quedó impávido y sin palabras, pero la mujer explicó: - En todos los eventos sociales y cenas de compromiso, siempre recuerdo que cuando se retiraban los platos del platillo principal, alguien inevitablemente se agachaba y decía, "quédate con tu tenedor". Era mi parte favorita, porque sabía que algo mejor estaba por venir... como pastel de chocolate o pastel de manzana.

Así que quiero que la gente me vea dentro de mi ataúd con un tenedor en mi mano y quiero que se pregunten: "Qué onda con el tenedor?"

Después quiero que usted les diga: "Se quedó con su tenedor porque lo mejor está por venir."

Los ojos del sacerdote se tornaron llorosos de alegría, pues él sabía que esta mujer tenía un mejor concepto de la esperanza cristiana que él mismo.

Ella sabía que algo mejor estaba por venir. Durante el funeral, la gente pasaba por el ataúd de la mujer y veían el precioso vestido que llevaba, su Biblia favorita y el tenedor puesto en su mano derecha. La próxima vez que tomes en tus manos un tenedor, déjalo recordarte que lo mejor está aún por venir...





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