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Controlando mi vida

Carmen Suárez | Colaboradora
Antes de comprar hay que reflexionar, sin inventar necesidades. Hay que ser valientes y reconocer que no vale gastar en algo, solo para reemplazarlo.

El valor de la sobriedad nos ayuda a darle a las cosas su justo valor y a manejar con sentido común nuestros intereses y deseos, estableciendo en todo momento un límite entre lo razonable y lo estúpido.

Piensa en cómo influye en ti el entorno que te rodea, la publicidad, por ejemplo. La idea que transmite de felicidad no es del todo cierta: necesitas tal tipo de ropa, equis aparato de sonido, etc. Parecería que no puedes vivir sin ese celular, sin esos pantalones, sin el reloj con el barómetro, sin la bolsa con nueve compartimentos.

Bueno, pues el problema no es tanto la publicidad como que la idea de que "tener más", "lo más novedoso" o lo "mas caro" se convierte en la base de nuestra seguridad personal, caemos en el despilfarro con tal de alimentar nuestra soberbia y vanidad por el deseo de sobresalir, de estar a la moda y de aparentar una mejor posición económica; sin reflexionar compramos 200 pares de zapatos (ropa, accesorios, etc.) por estar a un precio rebajado, compramos cuanto adorno y aparato aparece en el mercado para presumir...

Para vivir no hace falta pensar en grandes cosas y privaciones, una vez más la respuesta esta en cuidar los pequeños detalles:

- Antes de comprar algo reflexiona: si es necesidad, un simple lujo o un verdadero capricho.

- Usa las cosas y no las cambies simplemente porque en el mercado hay una nueva o porque todos tus amigos la compraron. En esta competencia sin fin tu bolsillo es el más afectado.

- Reconoce tu verdadera situación económica y vive de acuerdo con tus posibilidades. Cuando te decidas a hacerlo, aprenderás que las personas te aceptan por lo que eres.

- Habla sólo lo necesario. Transmite ideas más que palabras.

- Viste de forma elegante y decorosa, la moda también puede cumplir con este requisito.

- Evita el deseo de ser el centro de atención y aprende a divertirte: el alcohol, las bromas de mal gusto y los desmanes, manifiestan inseguridad y falta de autodominio.

- Haz el propósito de moderar tus gustos y apetitos: pon orden en tus comidas, en tus horarios, aprovecha tu tiempo libre en aficiones que te enriquezcan (aprender a tocar la guitarra, por ejemplo).





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