El corazón se me iba a salir del pecho, cuando las bocinas comenzaron a estremecer el ATLAPA. La multitud estaba a un centímetro de la excitación total, cuando el telón cayó y Ricky Martin apareció. Las 8: 23 marcaba mi reloj, mientras él interpretaba "Till get to you", canción que logró borrar de mi mente el mal rato de tener que esperar hora y media, mientras le daba la vuelta al ATLAPA para entrar.
Tanta fue la espera que ni siquiera le tomamos fotos al panameño Alejandro Lagrotta, quien abrió el concierto.
Volviendo a nuestro asunto, los contoneos de caderas del rejuvenecido Ricky y el juego de luces que lo acompañaban, lograban que cualquiera quedara anonadado. El público, en su mayoría mujeres, gritaba sin césar en cada movimiento del boricua, quien demostró tener excelente preparación física, pues no dejaba de moverse de aquí para allá en el escenario.
Fue increíble escuchar temas como: "Bella", "Don-t care", "Corazonado", "Jaleo", cada instante era mágico. Ni hablar cuando se escuchó: "María", "Fuego contra fuego", "Si tú te vas", "Bomba", "Copa de la vida" y, por supuesto, "Living, la vida loca", temas que provocaron que las paredes se estremecieran.
Las bocas abiertas de cientos de chicas dejaban ver claramente el gusto que sentían, al tener a este prospecto de "macho" en frente. Fue un concierto efervescente, que no podía terminar sin cantar uno de sus temas más pega'os: "Vuelve", que irónicamente muchas chicas cantaban pensando qué vendrá en la próxima década, ya que tenía trece años de no pisar Panamá. ¡Fue genial!
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