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"Entre 80.000 y 100.000 personas haciendo cola, es una cifra muy alta. Los peregrinos están de pie durante casi un día entero y el mínimo es diez horas", afirmó Serguéi Sobianin, alcalde de Moscú, citado por las agencias rusas.El n
úmero de fieles y curiosos que han decidido desafiar las bajas temperaturas para cumplir con su fervor religioso y ver la reliquia no ha dejado de aumentar desde que llegara a la capital rusa el pasado sábado, según informó el Ayuntamiento."La gente debe medir sus fuerzas y capacidades, ya que estar bajo el frío durante diez horas es una dura prueba para el organismo y la salud", advirtió Sobianin, en alusión a las temperaturas de unos 3 grados bajo cero que hacen hoy en la capital rusa.