Consternación por crimen

Ya ni en los pueblos se está seguro. Paul Arango Carrizo, un joven arrocero y reconocido empresario, fue asesinado ayer por cuatro delincuentes que entraron a su casa para robarle en Miraflores de Penonomé.

Los delincuentes aprovecharon que el empresario y primo del director de Pan Deportes Javier Tejeira, no estaba en casa, amordazaron y amarraron a su esposa e hijos y cuando intentaban robar el carro, el joven llegaba del trabajo y los enfrentó para defender a su familia, pero los delincuentes lo recibieron con dos disparos que lo impactaron, uno en la tetilla izquierda y otro en el abdomen.

El hecho que se registró a eso de la una de la madrugada, en la recién construida casa de la familia Arango Tejeira, mantiene conmocionados a los penonomeños que aseguran se ha desatado una ola de asaltos y hurtos.

La familia de Paul, evidentemente afectada, es poco lo que pudo decir, solo se limitaron a pedir justicia y que se castigue a los asesinos de este joven empresario, arrocero, quien se dedicaba a trabajar por su familia.

Guillermo Zúñiga, tío de la víctima, dijo que en la madrugada se enteraron del robo y homicidio, y la familia está afectada en gran medida, pues no esperaban un hecho tan horrendo frente a la esposa e hijos de Paul.

Los delincuentes dejaron el carro abandonado en Llano Marín en Penonomé, mientras que la Policía ha activado operativos para su captura.

La fiscal superior de Coclé y Veraguas, Gladys Morán, no dio declaraciones a los medios, mientras en la casa de la víctima, personal de Criminalística recababa huellas y evidencias que los puedan llevar a los delincuentes que estaban armados y que asesinaron al joven, quien también administraba un club de lazo.

Los penonomeños piden más seguridad, pues en las últimas semanas se han registrado varios hurtos y asaltos a mano armada.

El sociólogo Marcos Gandásegui, manifestó su preocupación por estos casos que causan sorpresa y mucho enojo.

Opina que cada día se producen hechos

de sangre que persiguen ventajas económicas y no forman parte de ninguna tendencia, ni de olas de violencia. “ En Panamá se está perdiendo la visión de preocuparnos por el serio problema de inseguridad que existe en el país”, sostuvo el catedrático.