Sigue su recuperación. Con la esperanza por delante, Mauricio Guerrero acompaña a su hija Estefany Guerrero, de ocho años, al Hospital del Niño (HDN) cada vez que tiene que realizarse las terapias necesarias para que su salud mejore y vuelva a su vida normal.
Ella fue una de las pequeñas afectadas con la caída de un muro en la Escuela El Japón en octubre de este año y que cobró una víctima fatal.
Guerrero dijo que su pequeña tuvo algunos injertos en la piel, que han sido aceptados por su cuerpo, lo que es algo importante para ellos.
Su hija requiere un gran proceso que va desde terapias hasta atención de psicología, pero que ellos le dan el apoyo necesario.
Al principio la niña, quien cursa el cuarto grado, no quería ni escuchar de lo ocurrido, pero poco a poco lo está tratando de superar, sus amigos del colegio que la visitan han sido de gran ayuda. Además, gracias al apoyo de sus educadores, ella logrará pasar de año escolar y Dios primero se incorporará el otro año.
Sus padres agradecen a Dios toda la ayuda brindada por el pueblo panameño. Se conoció que la otra niña, Gina Batista, también está estable y en recuperación.