El calvario parece no tener fin. Luego de buscar por diez días en hospitales y hasta en la morgue para saber sobre el paradero de Manuel González Quijada, de 18 años, ayer sus familiares recibieron la funesta noticia.

Y es que, luego de practicarle las pruebas de ADN al padre del joven, estas coincidieron con las muestras tomadas a un pie que apareció en la mañana del jueves en la playa de Paitilla.

"Solo esperamos que ahora aparezca el resto del cuerpo", fueron las palabras de César Gabriel, hermano de la víctima, con quien un día antes DIAaDIA se entrevistó para publicar la nota referente a la desaparición del joven, quien estudiaba en primer año de Derecho y Ciencias Políticas, además de que trabajaba como empacador en un supermercado.

Ángel Calderón, fiscal Auxiliar, explicó que ya tienen información en la que están trabajando para dar con el origen de la muerte del muchacho. "Mal momento escogió para ir a un lugar... hubo problemas y estamos investigando", se limitó a decir el fiscal, para no afectar las investigaciones.

Sin embargo, una fuente reveló a este medio que todo indica que Manuel cogió rumbo para el área de Boca La Caja, lugar en el que operan pandillas delictivas, cuyo móvil se inicia con el robo a las personas, y si estas se muestran a la defensiva, las matan para luego "picarlas" y lanzar sus restos al mar, como ya ha sucedido en otras ocasiones.

Pero aún esta teoría no ha sido confirmada por las autoridades.

Manuel, quien había estado ingiriendo licor, fue visto por última vez en la madrugada del 14 de noviembre, luego de que salió del Centro de Convenciones ATLAPA, donde había compartido con su hermano y amistades en un evento nocturno.