
Los niños se bañan en aguas contaminadas.
Fotos: ROBERTO BARRIOS/ ROXANA PALACIO
Los niños se bañan en aguas contaminadas.
Fotos: ROBERTO BARRIOS/ ROXANA PALACIO
Los niños se bañan en aguas contaminadas.
Fotos: ROBERTO BARRIOS/ ROXANA PALACIO
Este es el baño improvisado por ellos para hacer sus necesidades.
Los tanques esperan ser llenados de agua potable una vez a la semana.
Hasta el perro tiene su casa, pero viven entre la suciedad.
Los infantes gatean entre lodo y tierra.
Este cartel le da la bienvenida a Akua Ayala.
Los más chicos claman por alimentarse bien.
Los niños se bañan en aguas contaminadas.
Fotos: ROBERTO BARRIOS/ ROXANA PALACIO
Este es el baño improvisado por ellos para hacer sus necesidades.
Los tanques esperan ser llenados de agua potable una vez a la semana.
Hasta el perro tiene su casa, pero viven entre la suciedad.
Los infantes gatean entre lodo y tierra.
Este cartel le da la bienvenida a Akua Ayala.
Los más chicos claman por alimentarse bien.
Los niños se bañan en aguas contaminadas.
Fotos: ROBERTO BARRIOS/ ROXANA PALACIO
Este es el baño improvisado por ellos para hacer sus necesidades.
Los tanques esperan ser llenados de agua potable una vez a la semana.
Hasta el perro tiene su casa, pero viven entre la suciedad.
Los infantes gatean entre lodo y tierra.
Este cartel le da la bienvenida a Akua Ayala.
Los más chicos claman por alimentarse bien.
Los niños se bañan en aguas contaminadas.
Fotos: ROBERTO BARRIOS/ ROXANA PALACIO
Este es el baño improvisado por ellos para hacer sus necesidades.
Los tanques esperan ser llenados de agua potable una vez a la semana.
Hasta el perro tiene su casa, pero viven entre la suciedad.
Los infantes gatean entre lodo y tierra.
Este cartel le da la bienvenida a Akua Ayala.
Los más chicos claman por alimentarse bien.
Los niños se bañan en aguas contaminadas.
Fotos: ROBERTO BARRIOS/ ROXANA PALACIO
Este es el baño improvisado por ellos para hacer sus necesidades.
Los tanques esperan ser llenados de agua potable una vez a la semana.
Hasta el perro tiene su casa, pero viven entre la suciedad.
Los infantes gatean entre lodo y tierra.
Este cartel le da la bienvenida a Akua Ayala.
Los más chicos claman por alimentarse bien.
Un pueblo en donde la bienvenida la da un cartel que dice amablemente “Bienvenidos a la comunidad de Akua Ayala”, con no más de 200 residentes en ella, viven los gunas Madugandí.
En esta zona no existe agua potable, solo llega una vez por semana mediante carros cisternas, pero aun así, los niños son felices, y en su inocencia se refleja la alegría de compartir con sus hermanitos y mascotas.
En un lugar donde no hay agua potable, y en donde los alimentos escasean, los niños tienen la esperanza de que para Navidad puedan comerse una buena presa de pollo, la cual solo en las revistas pueden ver. “Quiero comer con mis hermanitos un buen plato de arroz pelado con pollo y aunque no tengamos juguetes, poder comer rico”, dijo Karla Pérez.