Batallando contra la pobreza
Cipriano Bermúdez.

Didier Hernán Gil | DIAaDIA

"Allí en la pobreza de Curundú vivo yo". Esta fue la frase que emanó del corazón del señor Cipriano Bermúdez, de 58 años, al ser entrevistado por DIAaDIA en su puesto de venta de frutas en la esquina de Casa Saldo, cerca al Parque de Santa Ana, mientras el sol empezaba a calentarse.

Y es que Cipriano soñó con trabajar en el Gobierno, pero no le fue posible. Declaró que "no me quedó otro remedio que poner un pequeño negocio para rebuscarme". Esa iniciativa, que empezó como un relajito, hoy tiene 34 años de mucho sacrificio, y con la cual ha logrado mantener a sus dos hijos.

Cipriano manifestó que hoy día no se hacen ni diez dólares en las ventas, pero no por eso deja de vender sus productos en esa transitada esquina de la capital.

Reveló que todos sus productos vienen del interior del país y que llegan al Mercado de Abastos, donde sus amigos Patereta, Vito y Henry siempre le tienen mercancía fresca, a veces a crédito, y cuando hay movimiento en el negocio los pagos son al contado.

Las jornadas de Cipriano se inician desde las 7: 30 a.m. hasta las 6: 00 p.m. Uno de sus productos más vendidos es el limón mandarina, producto que vende a ocho unidades por veinticinco centavos.

Explicó que este limón es utilizado para deliciosos jugos, para limpiar el pescado y las presas de gallina. Sin embargo, ofrece una variedad de productos como naranja injertada y marañón curazao.

Al entrar en confianza, Cipriano relató que es oriundo de Jaqué, Darién, y vino a Panamá en busca de mejores oportunidades.

Manifestó que allá en Darién el trabajo es muy duro y uno no ve dinero. Pensativamente y suspirando dijo que "acá en la ciudad uno ve un poco de ganancia y está más tranquilo", pero admitió que extraña su tierra natal .

AMIGABLE

El señor Cipriano es de baja estatura, pero dijo que eso es compensado con lo buena gente que es.

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