El ambiente era lúgubre, el triste viento frío de la morgue judicial acariciaba su rostro, dándole muestras de condolencia por la muerte de su hijo.
La doctora Elvia nunca pensó volver a ver a su hijo, el galeno Ovidio De León, una de las víctimas del accidente aéreo en Cerro Peña Blanca en La Laguna de San Carlos, por última vez en ese lugar.
Entre incontenidas lágrimas y sollozos de dolor, dijo: "a través de ustedes quiero darle un mensaje a mi hijo para decirle que siempre vivirá en el recuerdo de mi pensamiento, me queda su sonrisa dormida en mi recuerdo y el corazón me dice que nunca te olvidaré".
Enmudecidos nos unimos a su sentimiento y hoy sólo le queda el recuerdo de un hijo que vivía para los demás y su familia y para quien no había problemas que no pudiera resolver.
Compartiendo el mismo aire vestido de duelo, Abel Ortega, tío del capitán Aquiles Ortega, estaba en el mismo lugar donde sus familiares reconocieron a su deudo, puesto que los últimos tres cuerpos arribaron ayer al aeropuerto Marcos A. Gelabert de Albrook.
La familia de Aquiles no se recuperaba de una tragedia, para llegar a la más difícil de sus vidas, porque hacía poco su residencia se quemó, perdiendo todo.
Su esposa y la pequeña Mélida de dos años, estaban disfrutando de la presencia de Aquiles, que recientemente había regresado de Belice donde se desempeñaba. Aunque lo habían llamado para renovarle la oferta, no estaba en sus planes regresar.
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