Vicente ha perdido parte del terreno de su finca. (Foto: Alexander Santam, aría)
Didier Hernán Gil
| DIAaDIA
A pesar de la peligrosidad de los deslizamientos, la familia del señor Vicente Pittí se resiste a salir de esta región vulnerable.
Él es dueño del restaurante Café Eisín, ubicado en el kilómetro 67, en la vía hacia Rambala, y dijo a DIAaDIA que si la naturaleza vuelve a hacer de las suyas en este poblado, "eso será el fin del mundo", pues la creciente arrasó parte de su finca y del local que administra.
Reiteró que los deslizamientos ocurrieron en la noche del domingo y simplemente por su mente pasó aferrarse a la voluntad de Dios.
Mientras caía un bajareque y abrazaba a sus nietos Linnet y Juan, aseguró que ellos le acompañarían en las buenas y en las malas.
Pittí reveló que suspendió la venta de comida desde el domingo para poder subsistir él y su familia.
En el restaurante de Vicente hay ocho vehículos que están estacionados, pues sus propietarios, en su mayoría turistas extranjeros, tuvieron que ser evacuados hacia Rambala por razones de seguridad.
Para abastecerse de agua, él se las ingenió en colocar una manguera de un ojo de agua y aprovechar el sistema de gravedad.
Ayer, Lineth, la nieta de Vicente, cumplió once años, pero la celebración simplemente se redujo a besos y abrazos, ya que no hay suficientes recursos para festejar y desconocen cuánto tiempo se tardarán en volver a la normalidad.