El Barcelona se enfrentará hoy al Olympique de Lyon en la penúltima jornada de la fase de grupos de la Liga de Campeones con un doble objetivo: puntuar para asegurarse la clasificación matemática para la siguiente ronda y mejorar la mala imagen que el equipo ofrece en sus desplazamientos.
Al conjunto azulgrana le bastaría con un empate para firmar su entrada en octavos con antelación. Sin embargo, incluso con una derrota podría clasificarse siempre que el Glasgow Rangers no gane en Stuttgart.
Es tan poco lo que le hace falta que toda la tensión que gira alrededor del equipo en su visita a Lyon se centra en las supuestas tiranteces que reinan en el vestuario, las apariciones y desapariciones de Ronaldinho, y la dificultad del equipo esta temporada para imponerse en estadios ajenos.
La estrella brasileña, que el sábado no disputó el partido ante el Recreativo de Huelva al alegar acumulación de cansancio, figura en la expedición barcelonista en sustitución del lesionado Thierry Henry.
NECESIDAD
El campeón francés necesita empatar o ganar para poder seguir con aspiraciones de meterse en octavos de final.
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