Dios ha sido bueno con Ivis Bejarano. Después de 18 años, que es la edad de su hijo mayor, le permitió tener una bebé que antier cumplió tres meses.
Pero ahora, esta profesora de 44 años se encuentra aterrorizada. Su pequeña Lyseidis González, "chinita, blanquita, con mucho cabello", corre peligro. Ambas están en Isla Tigre, una comunidad indígena de Bocas del Toro, a hora y media (en bote) desde Chiriquí Grande, entre Isla Popa y Cayo de Agua. Es sólo un puntito en el mapa.
Ella es profesora de ciencias sociales en la premedia, que allá es multigrado, donde laboran siete docentes, las únicas latinas en un poblado de más de 2 mil indígenas.
Ivis vive en Paso Canoa, y su hermana le rogó que le dejara a la bebé para cuidársela, pero ella se la llevó para Isla Tigre para poder amamantarla. Por eso se siente culpable del peligro al que está expuesta.
Los vientos son terribles, dijo a DIAaDIA, vía celular, y el mar ha estado muy picado. Por lo tanto, es imposible salir de la isla para poner a salvo a su niña.
La docente lloraba sin cesar, mientras informaba que logró comprar las tres últimas latas de leche del sector. "Yo nunca pensé que iba a pasar esto, yo quiero salir de aquí por mi hija", decía ayer.
Allá no hay comida, salvo langostas, pulpos y caracoles, que según los indígenas, propiciaron que su aparato reproductor volviera a funcionar.
Ya no hay plátanos ni las frutas que antes comían, porque el viento ha tumbado cientos de árboles de la montaña, lo que también ha puesto en peligro a los niños que iban a la escuela. Las clases fueron suspendidas ayer, pero ella asegura que volverá el próximo año, pese a todo, porque sus alumnos están ávidos, con sed de aprender y ella no les puede fallar.
Allá nunca ha habido agua potable, pero había pozos a orillas del mar con agua dulce. Ahora tendrán que "achicarlos" (limpiarlos). Usaban una plantita que funcionaba con diésel para alumbrarse, pero ya no hay ni combustible.
Ivis lleva su comida desde David y cuando se le termina, vuelve. Ahora no puede hacerlo y sólo ruega que la rescaten para salvar a su hija, regalo de Dios.