Psicología

La ansiedad y los exámenes


Dimas E. Villarreal P. / Psicólogo Clínico de niños y adolescentes / info@p -

Pedro cursa el tecer grado, es un niño aplicado, participa y presta atención en clases. En su casa recibe apoyo de su madre, quien lo pone a estudiar en las tardes y para verificar, le hace pequeñas pruebas. Entre ganchos, dos y tres cruces, el menor puntúa entre 4.0 y 4.5.

Al día siguiente, cuando llega la hora del examen, de a malas escribe su nombre. Sus padres, preocupados, buscan apoyo en una tutora, pero en el siguiente examen tampoco pasa del 2.0. El padre le pregunta ¿qué pasa? Y el niño, cabizbajo y con voz tenue responde: me puse nervioso ¡Como que nervioso!

Es adecuado sentir algo de "nervios" ante una prueba o parcial, sobre todo al decir charlas y poesías, pero en algunos niños(as) esa sensación es sumamente intensa. Se ponen tan "nerviosos" antes de hacer un examen que el nerviosismo interfiere en su concentración y rendimiento.

La presión

Es una ansiedad de ejecución que un individuo puede experimentar cuando el resultado de lo que va a hacer es muy importante.

Sobre todo, cuando quiere hacer una actividad o tarea de forma correcta, lo que se acompaña de una gran presión por “hacer las cosas bien" o en este caso, por ganar un 5.0.

¿Qué es lo que sucede?

Los pensamientos negativos se apoderan de ellos

La ansiedad ante los exámenes no se debe confundir con hacer un examen mal por falta de concentración. El niño puede estar atravesando por el divorcio de sus padres, la pérdida de un familiar o una mascota y es adecuado que no se pueda concentrar en una prueba escolar.

El momento donde más se puede detectar la ansiedad es antes de un examen o en el periodo posterior al examen, precisamente ese periodo de tiempo de espera de la nota.

Todos presentamos ansiedad ante diversas situaciones, pero algunos estudiantes lloran a la hora de ir a la escuela, le sudan las manitos, presentan dolor de cabeza y gastrointestinal. En algunos casos pueden manifestar diarreas, fiebres y vómitos.

Cuando un niño o niña esta bajo estrés, su cuerpo libera una hormona llamada adrenalina, que los prepara para reaccionar ante el peligro (más conocido como "reacción de lucha o huída"). Eso provoca los síntomas corporales como el sudor, aceleración del ritmo cardiaco y la respiración, sensaciones que pueden ser leves o intensas.

Muchos niños se centran en lo malo que podría pasar, alimentando su ansiedad de ejecución.

Consejos para lograr cambios

Buscar un lugar tranquilo y libre de agentes distractores para estudiar.

Ayudarlos con técnicas de estudio. Elegir la más apropiada para el niño.

Enseñarle a cambiar sus pensamientos:"Voy a salir mal" por "He estudiado y sé que saldré bien".

Sugerirle que respire antes del examen o que imagine el lugar tranquilo donde estudió.

Que acepte los errores y reconozca en familia que nadie es perfecto.