Todo indica que los "diablos rojos" pronto serán cosa del pasado. Pero mientras eso ocurre, los panameños seguimos siendo víctimas de estos enormes monstruos, conducidos por gente sin escrúpulos, sin decencia alguna, y sin el más mínimo sentido de la civilidad. ¡Que alguna autoridad los saque de circulación pronto!
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