
Siempre sonríe para dar buena imagen a su negocio.
Fotos: EVERGTON LEMON
Siempre sonríe para dar buena imagen a su negocio.
Fotos: EVERGTON LEMON
Siempre sonríe para dar buena imagen a su negocio.
Fotos: EVERGTON LEMON
Tiene mucha clientela.
Mantiene ordenado su local.
Los precios están a la vista de los clientes.
Arregla constantemente los productos.
Siempre sonríe para dar buena imagen a su negocio.
Fotos: EVERGTON LEMON
Tiene mucha clientela.
Mantiene ordenado su local.
Los precios están a la vista de los clientes.
Arregla constantemente los productos.
Siempre sonríe para dar buena imagen a su negocio.
Fotos: EVERGTON LEMON
Tiene mucha clientela.
Mantiene ordenado su local.
Los precios están a la vista de los clientes.
Arregla constantemente los productos.
Siempre sonríe para dar buena imagen a su negocio.
Fotos: EVERGTON LEMON
Tiene mucha clientela.
Mantiene ordenado su local.
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Arregla constantemente los productos.
Siempre sonríe para dar buena imagen a su negocio.
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Tiene mucha clientela.
Mantiene ordenado su local.
Los precios están a la vista de los clientes.
Arregla constantemente los productos.
Paul Hernández, de 52 años, lleva más de 22 años vendiendo verduras en Calidonia.
Él llegó desde Guna Yala buscando una mejor oportunidad para el sustento de su familia y educación de sus hijos, ya que no contaban con los recursos necesarios para emprender un buen camino.
Durante sus primeros años en la ciudad, le costó mucho adaptarse al negocio de verduras en Calidonia, ya que habían otros vendedores del mismo producto y tenía mucha competencia.
Poco a poco fue ganándose cada uno de sus clientes, a los cuales trata muy bien, porque para ser negociante se debe tener carisma, dijo.
En ocasiones ha pasado por situaciones difíciles, por los bajones que tiene en las ventas cuando los productos aumentan. Pero esto no ha sido impedimento para seguir luchando por un mejor futuro para él y su familia.
Tiene cuatro hijos, a quienes ha educado por medio de su pequeño negocio. Ellos se sienten muy orgullosos de su padre, porque llegó desde muy lejos buscando un trabajo digno para ganarse la vida y lo consiguió.
Sus vecinos del negocio hablan de la gran labor que realiza este pequeño señor, ya que siempre está sonriendo y trata muy bien a sus clientes.
Para Paul, esta ha sido una de sus mejores experiencias, porque ha tenido que lidiar con muchos clientes que en ocasiones son muy groseros, pero eso no le baja la moral para seguir adelante.
Además de vender verduras, trabaja como seguridad y está a dos años de jubilarse, lo que demuestra las ganas de superación de Paul.
“Siempre debemos encontrar algo que nos ayude a salir adelante y nunca rendirnos, porque detrás de nosotros están nuestros hijos, quienes dependen de nosotros y nos ven como ejemplos de vida”, señaló.