"El susto fue tremendo y no quiero que se vuelva a repetir". Luz Marina Güainora, una de las indígenas damnificadas en Lajas Blancas, dijo a DIAaDIA que ella estaba en el velorio de un familiar cuando el río empezó a crecer lentamente hasta que se formó un remolino y arrastró un poco de casas.
Señaló que era como la una de la mañana cuando el pueblo se alarmó y tuvo que salir en estampida a socorrer a sus cuatro hijos, lo único que pudo salvar.
Con gran tristeza, dijo lamentar la pérdida de todos los animales de corral que estaba criando y los productos que tenía para cosechar. Ahora depende de un futuro incierto.
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