Revelaciones del alma
Basilio quiere dedicarse a pintar para vender pósters, suéteres y calendarios.

Rubén Polanco | DIAaDIA

Dibujó su propio destino. Basilio Castillo, de 24 años, sin saberlo plasmó en imágenes un acontecimiento que le marcó su vida para siempre.

Y es que la historia de este chitreano es interesante. Su pintura, "El aviso del Jaguar", con la cual ganó el tercer lugar en pintura en el Certamen de Arte del Trabajador 2005, del Ministerio de Trabajo, está basada en el sueño que tuvo antes de quedar discapacitado en una silla de ruedas.

Aquella noche, que acampaba en la montaña junto a un botánico, soñó que un cacique se le apareció y le dijo que se alejara del lugar porque no era conveniente para él. Como cosas del destino, cuando se levantó en la mañana del 23 de febrero del 2004, se subió a una palma, estando arriba se desmayó cayendo sobre un coco. La columna se le fragmentó en pedazos.

No sólo eso. Cuenta Basilio que antes del accidente, cuando venía de una exposición en Costa Rica en el 2003, se inspiró dibujando bocetos sobre un niño flotando en el aire y le pedía ayuda a tres palmas, pero éstas le decían que no lo podían ayudar.

También dibujó la estructura de un hospital con buitres y ratas, quienes de igual forma, le decían al niño que no lo podían ayudar. Siempre en la pintura había luces.

Basilio dijo que cuando llegó al Hospital Santo Tomás, luego del accidente, estuvo en tres salas diferentes y en las tres había cuadros con palmas, por lo que le manifestó a su madre que allí no lo iban a curar.

Fue transferido a la Especializada de la Caja de Seguro Social, donde un mes después lo operaron y le colocaron una platina de hierro en la vértebra. "Me quedé impresionado con el niño flotando en el aire, me preguntaba por qué estoy haciendo esto", dijo.

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