Moyo Cisneros es para muchos el más valiente de los cantadores, sin una voz atractiva, pero con una brillantez que asombra. Este veragüense, nacido en Calobre en 1952, se ha ganado un lugar en la historia de nuestra décima.
Sólo con sexto grado de educación primaria, debido a que nunca hubo recursos para más, fue enviado a la capital siendo un niño, pero su lugar seguía en el "monte" y decidió quedarse en su tierra.
Su primer contacto con la música lo tuvo con sus tíos, quienes le enseñaron algunos torrentes con una guitarra vieja. Y luego de ahorrar B/.10.00 , cargando viajes de leña a 0.10 cada uno, logró comprar la suya propia.
En 1979 logró ganar el tercer lugar de una competencia que organizó "Radio Poderosa" en Aguadulce, lo que según él le abrió las puertas a las tarimas.
Tras varias invitaciones, con temor, se atrevió a viajar nuevamente a la capital para hacer su primera presentación en el Cosita Buena, junto a Frank Gutiérrez.
El cantador que más le atrajo fue Bolívar Barrios, por el hermoso tono de su voz. Confiesa que la suya jamás logró esa espectacularidad. Su apodo de "El tigre que come gente" fue otorgado por el conocido presentador de cantaderas Rubén Darío Campos y el desaparecido Negro Agustín Rodríguez (q.e.p.d.). Para los conocedores de la décima panameña, Cisneros se convirtió en un ícono de la controversia que tanta aceptación tiene entre los panameños.
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