Creer o no en la existencia de Dios resulta un dilema para una sociedad que vive inmersa en un boom tecnol�gico. �Tiene necesidad el ser humano de seguir rezando para resolver sus problemas cuando con un �click� lo tiene todo a su alcance? Muchos responder�n que no, pero la realidad es que, aunque nadie lo ha visto ni o�do, ese ser supremo a quienes llaman Jehov�, Al�, Todopoderoso o Padre sigue teniendo millones de seguidores en todo el mundo, para la envidia de cualquier pol�tico.
El motivo de tanta fe hacia un ser intangible se sustenta en la promesa de una vida eterna contenida en la Biblia; su medio de comunicaci�n. No promete grandes riquezas, pero s� vida eterna en un reino celestial a quienes cumplan sus preceptos basados en el amor al pr�jimo.
Hay millones que descartan su existencia y se denominan ateos, pero son muchos m�s los que lo aman, lo alaban, le piden y agradecen por el regalo de la vida, la familia, la salud y el trabajo.
Personalmente creo en �l y lo amo sobre todas las cosas. A �l me encomiendo todos los d�as, le converso y conf�o mis angustias, anhelos y alegr�as como el mejor de mis amigos. Con mi Padre Celestial siempre tengo la ventaja de que me escucha en silencio, no me critica, guarda mis secretos y lo mejor de todo es que siempre est� a mi lado para protegerme, compartir mis triunfos y consolarme cada vez que lo necesito.
Indudablemente que vivir sin fe es vivir sin esperanza.