Tragedia del destino

Eduardo Martínez, de 16 años de edad, murió ahogado a eso de las 2:00 p.m. de ayer, en Changuinola, provincia de Bocas del Toro, cuando sufrió un ataque epiléptico y con tan mala suerte que cayó de cara en un pequeño charco del potrero donde ayudaba a un amigo a construir una puerta de madera.

Todos pensaban que el joven había ido a comer, pero al llamarlo y no contestar, fueron a buscarlo y lo encontraron sin vida a unos 30 metros de donde estaba trabajando.

Venancio Martínez, padre del occiso, dijo que su hijo sufría la enfermedad desde pequeño y, aunque tomaba pastillas, le daban los ataques aproximadamente una vez al mes, la última vez fue el 3 de noviembre. Eduardo era uno de sus ocho hijos.

En lo que va del año, en la provincia, esta es la cuarta persona que pierde la vida ahogada al sufrir un ataque epiléptico, tres han sido varones.