Sean Connery, el legendario James Bond del cine, tuvo ayer una misión no tan secreta, cuando le correspondió hacer el saque de honor en un partido en el que israelíes y palestinos unieron sus fuerzas para jugar contra el poderoso Barcelona F.C. en el Camp Nou. El partido quedó 2-1 a favor de los catalanes, pero el público barcelonés vitoreó más el gol del equipo del Medio Oriente, cuyos integrantes olvidaron, por 90 minutos al menos, sus cruentas diferencias políticas.
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