Singular vendedor. En realidad, cuando la gente desea superarse y sobrevivir siempre se las ingenia, y así lo ha demostrado Hidalgo Aizpurúa, de 70 años, quien desde hace varios años vende sogas de manera ambulante.

Todo comenzó en La Chorrera. Un amigo de él vendía hilos de algodón y él colaboraba, no le iba mal en el negocio. Luego se mudó para la ciudad y a falta de trabajo, "recordé a mi amigo y me dije voy a probar, y el resultado ha sido bueno y por eso sigo haciéndolo", dijo Hidalgo muy satisfecho.

NEGOCIO

Hidalgo compra sogas de nylon de todos los colores, y las envuelve haciendo rollos muy coquetos con ellas. Las enjareta en una carretilla, de esas que usan los carros que reparten sodas.

También, como parte de su equipo de trabajo, lleva una caja de sodas que le sirven para cargar otros artículos que vende, como paraguas, bolsas, entre otras cositas que le piden sus clientes.

Los rollos son a gusto del cliente. Unos cuestan B/.1.00, B/. 1.50 y hasta B/. 2.00, dependiendo de la cantidad de sogas que el comprador desee.

Hidalgo es jubilado, pero "lo que recibo de jubilación es muy poco y debo ayudarme en algo y mantenerme entretenido". Por eso, se dedica a este negocio cerca de su casa en San Antonio, San Miguelito.

UBICACION

Hidalgo vende sus sogas en el Súper 99 de San Miguelito y sus alrededores.