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Educador con entrega y entusiasmo
La comunidad lo quiere y respeta. (Foto: Alexander Omar Santamaría / EPASA)

Didier Hernán Gil | Bocas del Toro, DIAaDIA

Ser docente no sólo es cumplir con ocho horas de trabajo, evaluar a sus estudiantes o simplemente cobrar un salario.

De eso está clarito el profesor Pastor Méndez, quien desde hace 23 años labora en el Instituto Profesional y Técnico de Bocas del Toro, pero se ha ganado el respeto de los bocatoreños, pese a que su tierra natal es La Mesa de Veraguas.

Eran más de las 10: 00 p.m. del pasado viernes y el "profe" Méndez recorría aquel plantel coordinando lo que iban a comer los 596 indígenas albergados allí. En vista de que ya se cerró el año escolar en Bocas del Toro, tal vez Méndez pudiera estar planeando visitar a su familia en Veraguas o disfrutar de la comodidad de su hogar; sin embargo, su preocupación estaba en ofrecer las condiciones humanas a los damnificados para que vivan con dignidad en medio de la dificultad.

FRUTOS DEL BUEN EJEMPLO

La experiencia de lidiar con estos indígenas no ha sido fácil, ya que de lo primero que se encargó, con todas estas personas, fue del aseo de los baños. "Todo era un desastre, no se valoraba el esfuerzo, pero uno tiene que predicar con el ejemplo y con el apoyo de otras personas se pudo poner orden", relató.

Pero, ¿por qué pasar un mal rato tratando de hacer el bien?

Expresó que todo educador debe realizar una labor solidaria en la comunidad y aunque existe un código que establece lo que el educador debe hacer fuera del aula, para él, "el papel aguanta todo y no es lo mismo si uno vive ese compromiso".

¿Por qué hay docentes que se limitan a la enseñanza, poner notas o cobrar un salario? El entrevistado guardó un rato silencio y respondió: "Esa es una triste realidad de que hayan educadores que se preparan académicamente, pero no cívicamente para realizar otras actividades que cualquiera haría".

Mientras relataba su trayectoria y mostraba las condiciones del albergue, tanto adultos como niños lo saludaban. Eso dejó entrever que lo que se hace con respeto y amabilidad tiene una marcada diferencia.

FAMILIA, SOPORTE ESENCIAL

Al hablar de su familia, Méndez comentó que tiene tres hijos y su esposa es de Bocas del Toro. Se sonrió y dijo: "Siento que lo que tengo me lo ha dado esta provincia y le debo mucho a ella". Pero, admitió que una pieza fundamental para poder desarrollar todo lo que hace se lo debe a su esposa, razón por la que argumentó que: "Normalmente, ella tiene que aceptar que tengo una hora de entrada, pero no de salida, y ha pagado el costo por eso". Añadió que sus hijos entienden que todo lo que él hace tiene un valor incalculable.

LLAMADO A SERVIR

Pastor Méndez destacó que nunca le pasó por su mente ser docente y se convirtió en un técnico en Construcción. Luego, continuó la misma carrera y obtuvo la licenctiatura. Con este logro lo llamaron para ser docente y sintió que podía hacerlo, por lo que asumió el reto.

Recuerda que en estos 24 años de servicio, 15 fueron como educador y nueve como administrativos, pero su vocación va más allá, a tal punto que como ya no está en las aulas optó por dictar curso de catequesis en la iglesia. "Siento que en ese mundo nos desenvolvemos, nos proyectamos y nos mantenemos activos. Ya no sólo en la parte académica, sino también en lo espiritual, que es importante en las personas", explicó.

Finalizó compartiendo el siguiente mensaje para sus colegas: "Es hora de meditar sobre nuestro compromiso. Hay que enseñar con el ejemplo y empezar a retomar esas actividades que antes se hacían y así levantar la imagen del educador, con entrega y entusiasmo".

Su meta diaria es servir a la sociedad. Patricia Yearwood de Lewis tiene 40 años de ejercer como educadora. Al principio, ella quería ser odontóloga, pero por razones económicas tuvo que escoger el magisterio, decisión de la que hoy no se arrepiente.

Todavía se acuerda de su primer día de trabajo. "El día anterior me la pasé leyendo libros y analizando cómo iba a explicar la clase a los estudiantes", expresó. Su salón fue de primer grado en el Instituto Episcopal San Cristóbal; luego trabajó en la Escuela Belisario Porras para después regresar al Episcopal, donde hoy es la directora. Lewis realizó sus estudios en el Liceo de Señoritas, donde se graduó de maestra para después obtener su licenciatura en la Universidad de Panamá. Su especialidad es la materia de inglés. "El idioma inglés es primordial en la educación hoy en día", manifestó.

Para la profesora Lewis, el llegar a donde está no fue fácil. "Yo estudiaba, era ama de casa y trabajaba en la escuela", afirmó. Dice que en la mañana trabajaba, en la tarde estudiaba y en la noche se dedicaba al hogar. "Fueron años de sacrificio; recuerdo que me tenía que levantar temprano para llegar al trabajo y después andaba en corre, corre, de aquí para allá, pero valió la pena", relató con una sonrisa en su rostro.

Hoy, en el Día del Maestro, la profesora Patricia recibirá la orden Manuel José Hurtado que otorga el Ministerio de Educación por sus años de labor y el aporte que le ha dado a la educación.

Ella es la escritora de cuatro libros de inglés y nueve de educación cristiana.

Además, es fiel creyente de la disciplina, pues "si no hay un orden, no se pueden hacer las cosas".

BGALARDON

Este reconocimiento también lo recibirá Irma Esther Carrasco Rivera, Noemí Hildebranda Barría Vargas de Ramírez y Plácido Anria Muñoz.





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